Sobre Quienes Cortan el Jamón en la Salud
Los puntos sobre las íes sobre quien es quien en el sistema de salud
En la coyuntura actual, se viene hablando más en profundidad de la crisis del sistema de salud, pero poco se menciona de quienes son los instrumentos que son utilizados dentro de personal sanitario para mantener las ganancia de los grupos de poder.
Hace poco hemos visto un llamado de parte del Gobierno Central para ejercer el legítimo derecho de ampliar los servicios médicos bajo su jurisprudencia, a partir de lo que constitucionalmente le daba atribuciones para tal fin. La situación no llegó a concretarse, para alivio de quienes defienden el modelo tal como está; pero lo más preocupante ha sido en mostrar el papel que juegan los mandos intermedios en este entorno, los cuales ofrecen una imagen para humanizar los servicios de salud desde el ente privado.
Una muestra sencilla podemos observar sobre las reacciones en la misma comunidad médica, quienes han mostrado su rechazo en ser vinculados con estos grupos que regentan los servicios privados de salud. Lo que no dice dicha comunidad es que son médicos quienes encabezan los grupos de salud privados más representativos en nuestro país, y que ha merecido la atención en medios alternativos sobre su influencia, sus aliados y sus propósitos en el sistema nacional de salud.
Así, en un reportaje realizado por Ojo Público, se hace énfasis en los grupos financieros que han ingresado dentro del mercado de la salud, quienes se han hecho propietarios de aseguradoras privadas de manera progresiva, para luego realizar alianzas con clínicas y establecimientos pertenecientes a corporaciones privadas, y cuyas cabezas son personal médico -con experiencia previa en el sector público- que conocen los espacios vacíos que el Estado - por asfixia presupuestal o ineficiencia- ha dejado para aprovechamiento de este tipo de empresas.
Por ello, no resulta sorprendente que el razonamiento empresarial de estas entidades a nivel de sus representantes en la Asociación de Clínicas Privadas (ACP) haya sido invariable con el paso de los años, de los cuales pasaron de ofrecer servicios al Estado famélico a establecer condiciones dado su crecimiento y el apoyo de grupos bancarios en las recientes conversaciones para la atención de pacientes críticos en la actual coyuntura de la pandemia. No resulta extraño también que, visto las experiencias de corruptelas llevadas a cabo para maximizar sus ganancias, estas puedan ser replicadas en las situaciones actuales, más aún cuando las instituciones llamadas a regular el sistema sanitario no ejerzan su función desde hace bastante tiempo, quedando solamente como una fachada para justificar ingresos.
Dicho esto, ¿No es acaso necesario hacer un ejercicio de reflexión antes de adoptar un espíritu de cuerpo ante estas situaciones? Las condiciones limitadas en las cuales se baten los profesionales de salud en las entidades públicas no deben dejar de lado que existen personajes dentro de dicha comunidad que han perdido el escrúpulo por un afán de minimizar pérdidas, manifestado tanto a nivel de sus declaraciones en los medios y a través del silencio dentro de los funcionarios de Estado, pues el mecanismo de pasar de un lado a otro es volátil en estos lares.
Por eso, es necesario un cambio de actitud y un sentido de auto crítica, no con un afán desmoralizador sino para abrir el panorama de cómo se manejan los hilos del sistema de salud por parte de quienes detentan poder económico, y cuyos aliados están dentro del gremio sanitario. Habrán pocas oportunidades como ésta para cambiar de mentalidad, pues sino seguiremos hundiéndonos en lamentos que, desde otros espacios más serios -y de manera alterna-, vienen advirtiéndonos hace tiempo para afrontar la realidad.