LA EPIDEMIA EN LATINOAMÉRICA
Un enfoque horizontal
Desde la declaración de alerta sanitaria en los países latinoamericanos debido a la presencia de la pandemia del COVID-19, se ha desarrollado una secuencia de hechos que permiten analizar, desde el punto de vista metodológico de los módulos desarrollados, las decisiones políticas que impulsan el modelo hegemónico global dentro de su lógica sanitaria y sus implicancias en el aspecto social y económico de las comunidades.
Salud colectiva y Pensamiento Crítico
En este aspecto observamos, dentro de la lógica del modelo hegemónico, que varios países han efectuado sus primeras medidas enfocadas dentro de la perspectiva de la salud pública, de decisiones efectuadas desde el estado a partir de cálculos macros, los cuales evidencian una falencia al no comprometer la participación comunal, y esto en relación a considerar el factor individual como método para evitar la propagación del virus.
Lo anterior expuesto guarda relación con los postulados de la salud colectiva, los cuales deben ser considerados al investigar la producción y distribución de las enfermedades en la sociedad como procesos de producción y reproducción social; en donde la sociedad identifica sus necesidades y problemas de salud y se organiza para enfrentarlos, siendo para ello importante la superación del biologismo, de la naturalización de la vida social, de la subordinación a la Clínica y de su dependencia del modelo médico hegemónico (Basile, 2020). De esta manera, se contribuiría a construir alternativas de organización de la salud, así como efectuar un cuestionamiento permanente de visiones dogmáticas respecto del proceso salud/enfermedad (Almeida y Paim, 1999) (Itriart et al., 20202).
Determinación social de la salud
Estas decisiones de los gobiernos latinoamericanos han sido acompañadas por lo general por estrategias que se orientan a disponer de las tecnologías sanitarias posibles para efectuar la detección oportuna de casos, a partir de pruebas científicas y estadísticas matemáticas, las cuales limitan el campo sanitario a un esquema de protección, sin desarrollar la interrelación con las comunidades para la difusión, capacitación y potenciación desde el llano para evitar la propagación del virus. Esto en relación con el enfoque individualizado de los llamados determinantes de la salud, lo cual que ejerce influencia en las limitaciones de la aplicación de tecnicismos propios del modelo hegemónico (Feo, 2020).
En este contexto, se debería asumir un enfoque integral de la problemática sanitaria y social para generar un cambio de raíz, por lo que es importante hacer una re estructuración de ésta como determinante social, e involucrarlo dentro del contexto global, lo cual permitirá ampliar los horizontes conceptuales de quienes son los principales afectados como es la ciudadanía de a pie, lo cual favorecerá a realizar acciones con respecto a la lucha por derechos justos y encaminados a establecer una salud colectiva integral (Rivera, 2020).
Seguridad y soberanía alimentaria
Asimismo, estas decisiones hegemónicas llevaron a cabo que se corten circuitos de intercambio económico que fueron desatendidos en su apoyo, lo cual mostró tiempo después en ser un error gravitante, esto en relación a la influencia que tienen dentro del sostenimiento de las poblaciones y comunidades de menos recursos. Esto guarda relación al no considerar la importancia de la soberanía sanitaria en las cuales se tienden a crear enlaces que permiten a las poblaciones su abastecimiento a través de un modelo familiar que ayuda a subsistir a una colectividad en general.
Al respecto, se debe valorar los conceptos culturales y ambientales dentro del contexto sanitario (Verseñassi, 2020), a partir de tener en cuenta los conocimientos de los pueblos y comunidades para recuperar la diversidad y construyendo un diálogo con éstos a partir de la información que nos brindan (Rigotto, 2020) para generar un modelo que contribuya a garantizar al pueblo el acceso físico y económico a los alimentos, el cual debe ser suficiente para satisfacer sus necesidades para alimentación sana (seguridad alimentaria), así como el derecho a definir sus políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos, incluido el agua (soberanía alimentaria) (Carballo, 2020). Así, los pueblos y comunidades se convierten en actores importantes dentro de la lucha por los derechos que garanticen una alimentación sana, razón por la cual no hay seguridad alimentaria sin soberanía alimentaria, y por lo que debe involucrar la participación de la población al contribuir con conocimientos que favorezcan a un modelo transformador a nivel alimentario, el cual contribuirá a su vez a un nuevo modelo sanitario.
Epidemiología critica
Lo anterior descrito explica también por qué, al haber llevado miradas paramétricas durante la evolución de la pandemia, no se analice los factores relacionados a la clase social, la historia y el territorio en el que se desarrolla una comunidad, a fin de poder tomar medidas más integrales para enfrentar a la misma. Es por ello que, aun dentro de esta coyuntura, se estimulen investigaciones que hagan análisis separados de los factores que causan la enfermedad, considerando el enfoque cuantitativo como único elemento que proponga soluciones, dejando de lado la observación de los factores externos y complejidades que la influyen (Breilh, 2020), tales como los factores sociales y económicos, afectados por las medidas que las élites gubernamentales y los poderes fácticos que lo promueven.
En este contexto, la colectividad sanitaria debe reorientar las concepciones de la epidemiología a partir de su concepción original, la cual ha sido tergiversada y minimizada por propósitos subalternos para perpetrar la dependencia del conocimiento (Almeida, 2020) (Breilh, 2010). En este punto, debemos rescatar el carácter complejo de la investigación, la cual abre el horizonte de eventos que influyen en el desarrollo de las enfermedades dentro de una comunidad, del cual se requiere un esfuerzo cognitivo para dejar de lado conceptos matemáticos e individuales sobre las causas que las generan.
Epidemiología de las ciudades y urbanismo
Estas medidas gubernamentales también afectan el desarrollo de los espacios tradicionales en donde transita el individuo, y en cuyas concepciones se desenvuelve el modelo hegemónico para dictar lineamientos que en apariencia evitan la propagación del virus, pero que en realidad lo que generan es la precarización de los espacios marginales, siendo necesario para ello contraponerlos con el enfoque de nuevos espacios que generen nuevas estructuras fuera de la influencia de los grupos fácticos. Al respecto, se debe reorientar a enfocar el papel de la comunidad (Harvey, 1973) en generar una autonomía dentro del territorio donde desarrollan sus actividades, dejando de lado la precariedad que condiciona su desarrollo al vivir en zonas de sacrificio tanto urbano como rural (Porto, 2013) (Basile, 2020).
Asimismo, se debe retomar el concepto del derecho a la ciudad (Lefrebvré,1967), que es aquel que tienen los habitantes a construir, decidir y crear la ciudad, haciendo de ésta un lugar privilegiado de lucha anticapitalista; esto a partir de establecer nuevas relaciones adoptando una concepción integral de la ciudad y de la sociedad, utilizando a la ciencia y el arte para su formación y propósito, y donde la comunidad (y sus trabajadores) sean los agentes que garanticen este logro, alcanzando con ello su autonomía y en contraposición a los intereses de la élite dirigente y los poderes fácticos.